Por más de 80 años preservando y promoviendo la raza y el deporte del caballo de Paso Fino
HISTORIA DE LA RAZA DE CABALLOS DE PASO FINO
Los primeros caballos llegaron a Puerto Rico en 1509 cuando Juan Ponce de León trajo un lote de yeguas de vientre de su hacienda en La Española (República Dominicana). Este pie de cría tiene su origen en los caballos traídos por los conquistadores unos años antes, animales de resistencia y brío, aptos para la guerra. Su sangre era una mezcla del antiguo caballo andaluz y del caballo berberisco, y entre ellos había muchos ambladores. Ese tipo de caballo era conocido como la “jaca española” (spanish jennet).
Existe varios documentos históricos que van marcando el camino en la evolución de esta raza. El naturalista francés André-Pierre Ledrú escribió en 1797 sobre los “caballos indígenas” y su forma particular de desplazarse: “no tienen trote ni el galope ordinario, sino una especie de andadura, un paso tan precipitado que el ojo más atento no puede seguir el movimiento de sus patas”. También el historiador Adolfo de Hostos menciona que para 1860 se había desarrollado en Puerto Rico “una raza conocida el nombre de Caballos de Paso Fino, muy admirados en las Antillas”.
Actualmente, todos los caballos de Paso Fino puertorriqueño, tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos, descienden del caballo Dulce Sueño. Dulce Sueño nació en Guayama a comienzos de la década de 1920 y fue un semental tan importante que en él se diluyeron todas las demás familias. Por eso Dulce Sueño se conoce como el “padre de la raza moderna”.
El primer registro oficial de la raza de caballos de paso fino se creo en 1943, al organizarse la Asociación de Dueños de Caballos de Silla de Puerto Rico, que luego pasaría a ser lo que se conoce hoy día como Federación del Deporte de Caballos de Paso Fino de Puerto Rico.
El Deporte del Paso Fino fue declarado Deporte Oficial de Puerto Rico en 1952 por una proclama del gobernador Luis Muñoz Marín. En 1978, el gobernador Carlos Romero Barceló firmó una ley declarándolo como Deporte Autóctono de Puerto Rico. En 1988 se creó la Oficina de la Reglamentación de la Industria de Caballos de Paso Fino Puro de Puerto Rico, como dependencia del Departamento de Agricultura, que habilitó el Registro Genealógico Central. Esta oficina tiene la tarea de velar por la preservación de la raza caballar puertorriqueña de Paso Fino.
Hoy día existen 4 organizaciones dedicadas a promover y regular la raza y el deporte de los caballos de Paso Fino. Tres de ellas con sede en Puerto Rico, estas son: la Federación del Deporte de Caballos de Paso Fino de Puerto Rico, la Asociación Nacional del Deporte de Caballos de Paso Fino de Puerto Rico y la Asociación Insular de Dueños y Criadores de Caballos de Paso Fino Puro Puertorriqueño. La cuarta organización es la Pure Puerto Rican Paso Fino Federation of America con sede en Carolina del Sur (South Carolina).
Los primeros caballos de Paso Fino exportados a los Estados Unidos pertenecían a militares destacados en la Base Ramey de Aguadilla que, al regresar a sus hogares, llevaron los caballos que había adquirido en la isla. La primera organización en Estados Unidos se formó en 1964 bajo el nombre de American Paso Fino Pleasure Horse Association.
Con la llegada del caballo de Paso Colombiano a Puerto Rico a comienzos de los ’70, los criadores puertorriqueños comenzamos a referirnos a nuestra raza como Paso Fino Puro Puertorriqueño, para diferenciarla de los caballos colombianos y los ejemplares media-sangre producto del cruce de ambas razas.
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Características de la Raza
El Paso Fino puertorriqueño es una raza de caballos de silla desarrollada para ser sumamente cómoda para su jinete. Su paso particular, que le da nombre a la raza, se caracteriza por ser una marcha en 4 tiempos laterales donde cada pata se posa sobre el suelo en forma independiente e igualmente espaciados. El sonido típico del Paso Fino es ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca. Este paso es natural y los potrillos lo exhiben desde el momento en que nacen.
El caballo de Paso Fino es de mediana estatura, generalmente con una altura de 13 a 15 manos (52” a 60”) del piso a la cruz. Su cabeza es pequeña, sus ojos expresivos y sus orejas atentas. Su cuello es mediano, fuerte y flexible. Su lomo es mediano en longitud, recto y fuerte. Su pecho profundo y sus nalgas redondeadas. Sus aplomos rectos, de cañas finas y cascos fuertes. Sus crines y cola abundantes. Si dividiéramos su cuerpo en tres partes: de la cabeza hasta la inserción del cuello, el tronco y las ancas, debe existir una simetría entre los tres tercios.
El caballo Paso Fino puertorriqueño presentan capas de diversos colores, siendo zaino, alazán, cebruno y palomino las más comunes. Las señas blancas en la cara y en las patas abundan. No se discrimina contra ningún color o seña.
El caballo de paso fino es de carácter y temperamento noble y manso, siempre mostrando brío, fogosidad y deseos de trabar.
Genéticamente hay varias particularidades que se destacan en la raza. Algunos ejemplares participaron en el estudio donde se encontró la mutación del gen DMRT3 que causa los aires especiales en los caballos; y hace unos años se descubrió que algunos de estos caballos cargan un gen recesivo que produce los “ojos de tigre”, que les dan un color amarillo a los ojos. Al momento este rasgo solamente se ha encontrado en esta raza. Pero lo que resulta interesante es el comentario del geneticista Gus Cothran, donde dice que, de todas las razas de origen ibérico en las Américas, el Paso Fino Puro Puertorriqueño es el que está más relacionado genéticamente con el antiguo caballo ibérico. Esto es una evidencia de la poca influencia que otras razas puedan haber tenido en la formación de la raza puertorriqueña.
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Descripción del Andar
El caballo de paso fino se proyecta hacia adelante en un tranco corto que es visualmente lateral en cuatro tiempos en forma natural y sostenido. Al avanzar los hace con un movimiento rápido, reunido, cadencioso, rítmico y organizado. Con pisada suave y fina manteniendo un levantamiento mínimo de sus patas. Con empuje y flexión en su tren posterior y con el menor movimiento posible en su lomo y sus ancas. Mostrando siempre fogosidad y pujanza, llevando siempre el cuello arqueado, las orejas atentas y el rabo estirado. Algunos autores se refieren a esta suavidad y delicadeza del caballo puertorriqueño como “pisa flores”, usando la imagen de un caballo que pisa un suelo lleno de flores sin maltratarlas.
Esta es la característica que lo individualiza como raza y lo coloca en lo que zootécnicamente se llama ‘Caballo Puertorriqueño de Paso Fino’.
Aunque el andar característico de la raza es el Paso Fino, estos caballos también ejecutan otros dos aires: el paso corto que es más relajado y extendido, lo que lo hace ideal para paseo (trail) y el paso largo, que tiene un tranco más alargado y veloz para adelantar terreno. Estos tres aires y su naturalidad son las que hacen esta raza tan versátil. En Puerto Rico la gran mayoría de los ejemplares de la raza se utilizan para competencias o concursos. En los Estados Unidos los encontramos participando en varias disciplinas ecuestres, desde las competencias hasta los paseos (trails), desde carreras de endurance hasta trabajando con ganado. El Paso Fino, Raza Puertorriqueña es de movimiento suave como un Cadillacs, pero también puede hacer las tareas de un ‘todoterrenos’ (SUV), así que es la raza, ideal para quienes buscan un caballo que lo pueda hacer todo.
Datos de la Población
En la actualidad, aunque no se cuenta con un censo oficial, se estima que hay cerca de 2,500 ejemplares en la Isla y menos de 500 en los Estados Unidos. Aunque se están buscando maneras de incentivar a los criadores, se están registrando cerca de 100 potrillos y potrillas al año, lo que resulta en una cantidad pequeña para poder mantener una población estable. Por esta razón, la raza puertorriqueña de caballos de Paso Fino fue incluida este año en la lista de razas en amenaza de extinción de The Livestock Conservancy.
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Exhortación
Si quieres un caballo de silla cómodo con una marcha suave. O si buscas un caballo en el que puedas trabajar en tu rancho. O te gusta competir en Paso Fino, Bellas Formas y Equitación. O simplemente quieres ayudar a preservar está raza maravillosa y única. No importa cuál sea tu razón, el caballo de Paso Fino Puro Puertorriqueño es el caballo ideal para ti.
Por: Romualdo Olazabal